Theofanis Malkidis
EL GENOCIDIO GRIEGO
Traducción: Daniel Cruces Perez
Los Griegos del Imperio Otomano, en el Ponto (Mar Negro),
Tracia, Asia Menor, Capadocia, son una parte especialmente significativa de los
griegos fuera de Grecia, la cual después de una existencia continuada en esta
zona particular, fue forzada a abandonarla mediante medios violentos. La
contribución indiscutible de los griegos al estatus cultural, político,
financiero y social de esta área se ha superpuesto muy frecuentemente a la
realidad local y se ha esparcido también a otras localidades.
El renacimiento de los Griegos
del Imperio Otomano coincidió con la prosperidad demográfica de la población y
el deseo general de libertad, que fue más fuerte en el dominio europeo. Al mismo tiempo, durante el siglo 19, a pesar de que las
reformas en el estado otomano sólo se implementaron parcialmente, el pueblo
griego tuvo la capacidad de tomar ventaja de ellas.
El siglo 20 fue el máximo de
la “primavera” de los Griegos, el Renacimiento de la vida social, financiera y
educativa en el Ponto, Tracia y Jonia-Asia Menor, sin
embargo la situación interna (los Jóvenes Turcos) y subordinada a ella la
externa (las guerras Balcánica y Mundial) influyeron sobre su nuevo estatus. El
pueblo Griego no sólo era tratado institucionalmente como ciudadanos de clase
inferior, sino que su presencia era un obstáculo importante en la
implementación de los planes racista-chauvinistas de los Jóvenes Turcos y los
kemalistas, o seguidores de Mustafá Kemal (“Attaturk”, o “padre de los turcos”,
en esta lengua). Las persecuciones que comenzaron poco después del inicio de la Primera Guerra
Mundial, aumentaron durante la guerra, y continuaron hasta culminar después de
1919, cuando Mustafá Kemal adquirió el poder de-facto en el vacilante estado
otomano.
Las persecuciones, que
entonces se volvieron genocidio, fueron el momento más trágico en la vida del
Ponto, Tracia y Jonia-Asia Menor, y 1’000’000 de Griegos, de una población Griega
total de más de 2’600’000 (censo de 1914) perdieron sus vidas.
El Genocidio Griego es uno
de los mayores crímenes contra la humanidad que aún permanece sin castigo,
visto que una parte importante de la nación griega que habitaba en los
territorios del estado otomano fue asesinada.
Los Griegos que
sobrevivieron, fueron exiliados en condiciones inhumanas, con el objetivo de su
exterminio total, y miles fueron convertidos al islam y permanecieron en
Turquía, mientras que los que escaparon a este asesinato en masa se volvieron
refugiados por todo el planeta. La mayor parte se podía encontrar en Rusia y la Unión Soviética , y
en Grecia, y posteriormente en Alemania, los EUA, Canadá y Australia. Han sido
necesarios muchísimos años para que pidiesen recuperar su identidad y memoria
históricas. El asesinato masivo de los griegos del Ponto, Tracia y Jonia-Asia
Menor fue un crimen innegable, un crimen que el mundo entero conoció después de
un período inicial de silencio. Turquía, los Jóvenes Turcos y los kemalistas
organizaron e implementaron el genocidio de las poblaciones griegas nativas,
desde 1914 hasta 1923.
Aún así, el estado turco
niega el Genocidio de estas poblaciones y distorsiona la realidad al tratar de
librarse de su gran responsabilidad. La política de reacción de Turquía frente
al tema del genocidio contra las poblaciones indígenas continuamente usa la
misma excusa: la amenaza griega y armenia contra el Imperio Otomano, el estado
de los Jóvenes Turcos, y el orden establecido por Mustafá Kemal.
Consecuentemente, los
Griegos, Armenios, Asirios y otros, desde 1908 hasta 1924 sufrieron el
exterminio y persecuciones. De esta forma se cometieron el asesinato en masa y
el desarraigo de las poblaciones históricas de su tierra natal. Esa fue de
hecho la “solución final” para el problema griego y armenio. Fue la “solución
final”, fueron los primeros genocidios del siglo 20, y como no hubo ningún tipo
de castigo, fueron seguidos por el Holocausto. “Quién recuerda a los Armenios?”, dijo Hitler mientras
planeaba su propia “solución final”, y fue él mismo quien reveló el tema del
Genocidio Griego, solo para evitarlo posteriormente en Constantinopla, Imbros,
Ténedos y Chipre.
Casi un siglo después, la
política turca de negación del genocidio no ha cambiado en nada, al menos en lo
que concierne a los políticos y gobiernos turcos, aunque en los últimos años
cada vez más personas en Turquía tratan de denunciar la verdad histórica.
El estado actual no permite
que estas opiniones disidentes sean oídas, o tiende a criticarlas o suprimirlas
por todos los medios posibles, como el asesinato del periodista Armenio Hrant
Dink en el 2007.
“La lucha de la humanidad contra
cualquier imposición es la lucha de la memoria contra el olvido”, escribió el
famoso autor checo Milan Kundera. Y está totalmente en lo cierto: aunque muchas
personas, que no están relacionadas con la humanidad, ignoran los crímenes
históricos por razones políticas, financieras y de otros tipos, la humanidad
está obligada a enfrentarse a ellas con todas sus fuerzas. Al pasar el tiempo,
esto no será más un obstáculo para los griegos y para los pueblos democráticos
a lo largo y ancho del mundo, y definitivamente también en Turquía. Todos estos
pueblos no olvidarán ni abandonarán esta lucha, porque saben que más tarde o
más temprano llegará el momento en que sea impensable negar el Genocidio de los
Griegos, y la batalla de la memoria contra el olvido será resuelta. Sólo
entonces los pueblos vivirán pacíficamente, verdaderamente hermanados y en
amistad, y la luz habrá derrotado a la oscuridad.
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Theofanis Malkidis
PhD, es enseñanza en el departamento del
lenguaje, de la literatura y de la cultura de los países del
Mar Negro, universidad de Thrace ,
Grecia.
El suyo investiga
refiere a Genocidio y a asuntos internacionales en los Balcanes y en el Mar
Negro.